3 pasos para mejorar tu gestión del talento

Tus metodologías de gestión del talento deben mantenerse actualizadas para responder a los retos cambiantes del mercado: enfrentar la alta competitividad en la contratación, identificar las nuevas posiciones de trabajo necesarias para tu organización, adaptar los planes de carrera a las habilidades y competencias requeridas para cada nueva posición…

En este artículo te sugerimos tres etapas para que puedas detectar tus puntos débiles en tus procesos de gestión del talento, y ciertas palancas que puedes activar para mejorarlos.

Paso 1: identifica tus procesos de gestión del talento

Como seguramente sospechabas, el primer paso para mejorar tus procesos es identificar qué puede mejorarse. Para eso, es necesario tener claros los factores que influyen en la gestión del talento humano en tu empresa y auditar la manera en que se gestiona esta tarea a día de hoy. Realiza una revisión exhaustiva de todos los procesos y políticas actuales relacionados con la gestión del talento. Esto incluye reclutamiento, capacitación, evaluación del desempeño, retención y planificación de la sucesión, entre otros.

Asimismo, te sugerimos complementar esta información preguntando directamente a tus empleados para recabar feedback. Utiliza encuestas, entrevistas y grupos focales para obtener información directa de los empleados sobre su experiencia y satisfacción con las prácticas de gestión de talento actuales.

Finalmente, algo muy recomendable es comparar tus métodos y políticas con las de otras empresas en tu industria. Esto puede ayudarte a entender cómo os posicionáis en términos de gestión de talento y destacar áreas potenciales para mejorar.

Paso 2: selecciona y prioriza los procesos a mejorar

Una vez auditados tus procesos llega el momento de analizar los datos recabados. Identifica tendencias, problemas y oportunidades de mejora, especialmente en áreas con baja satisfacción del empleado o ineficiencias. Por ejemplo, puede que la información recabada indique un tiempo prolongado en el reclutamiento o escasa diversidad en las contrataciones; o, por otro lado, una baja satisfacción con las formaciones.

Hecho esto, prioriza las áreas a mejorar en función de su impacto directo en la organización y desarrolla recomendaciones concretas para abordar las deficiencias identificadas. Esto podría incluir la implementación de nuevas tecnologías, como un software de evaluación del desempeño más adecuado a tus necesidades, la actualización de políticas de recursos humanos, o el diseño de nuevos programas de formación y desarrollo, por ejemplo.

Paso 3: implementa mejoras y evalúa los resultados

Llegados a este punto, es el momento de calendarizar el proyecto de implementación de las mejoras escogidas. Para ello, crea un plan de implementación detallado que incluya cronogramas, un listado de los recursos necesarios y los responsables designados para cada acción. Asegúrate de que todos los niveles de la organización entiendan los cambios y reciban la formación adecuada para adaptarse a los nuevos procesos o herramientas.

Por último, no olvides establecer métricas claras de rendimiento y realizar un seguimiento regular del impacto de las mejoras implementadas. Esto te permitirá ajustar tus estrategias según sea necesario para asegurar que tu nueva organización sigue siendo pertinente en cada nueva etapa de la empresa.